lunes, 24 de septiembre de 2007

ESTOY DE MALA HOSTIA

Cuando tomas la decisión de procurar que nada altere tu espíritu, de ver las cosas por el lado optimista y la de creer que casi todo el mundo que te rodea es muy bueno, puede llegar un momento en que, sin saber porqué, todo se vaya al carajo y explote como un grano en el capullo de un sifilítico.

Estamos rodeados de inútiles gobernantes, pensadores y malinformadores. Es increíble que este país lleve tantos años de democracia y no hayamos tenido ningún presidente del gobierno que tuviera la más mínima idea de economía. Ni de Inglés. My president is a little donkey.

Nadie y repito, nadie había gestionado una empresa antes de acceder al cargo. España no es Japón pero para dirigir este cotarro al menos habría que saber interpretar un balance, ¿Si o SI? Y así nos va. Los progresistas muchachos del PSOE en su adoración al becerro ZP están tan vacíos de contenido que solo aplauden las medidas que su jefe promete. Gilipolleces para ganar votos. ZP, como todos los demás ha entrado en período de pérdida de la realidad, pero está batiendo todos los records. Lo hace antes de llegar a su primera legislatura. Reconozco que sale bien de sus meteduras de pata y que es hábil en los discursos pero utiliza una práctica prohibida en el marketing que es la publicidad subliminal. En el momento adecuado promete con la esperanza y la certeza de que el personal se quedará con el mensaje y olvidará la promesa que el tiempo demostrará que no es factible, y si lo es, será gravosa y enrevesada. ¿Alguien habla de los 2500 € por hijo? ¿Cree acaso que algunos gilipuertas van a aumentar su prole por conseguir semejante ridiculez? Pero la jugada vendió en los medios que es lo que te importa.

La superministra Chacón anuncia que dará a los jóvenes dinero para potenciar el alquiler de viviendas. ¡ Menuda necedad ¡ En España no se alquilan viviendas porque la ley deja al propietario totalmente desprotegido. Cambien la ley, que eso es barato y verán como afloran miles de viviendas cerradas que no salen al mercado por que los dueños no se fían. Si no cobran, necesitan un largo juicio para echar a los inquilinos morosos y corren el riesgo de que les destrocen la casa. Eso es así lo diga quien lo diga. La oferta y la demanda harán que los precios se ajusten.

Pero lo más acojonante del asunto es que en España, el presidente del gobierno no puede gobernar para todos los españoles. No se pueden hacer leyes igualitarias porque las “autonomías capricho” tienen transferidas casi todas las competencias. Los catalanes y los vascos principalmente se lo montaron de cojones desde el principio. Partidos regionales con representación parlamentaria nacional ¡que incongruencia! hicieron de bisagra con derechas e izquierdas y cambiaron sus votos a cambio de dinero y poder. Antes, solo querían una cierta autonomía frente al estado central. En este momento ya han declarado su intención de abandonarlo y para ello no dudan en gobernar partidos nacionalistas con independentistas, derechas con izquierdas en un todo vale hasta que la teta se suelte del todo. También hay pseudodemócratas que expulsan o hacen que dimita un señor con criterio por pensar de diferente manera, que condenan la violencia, a veces, porque otras la comprenden y así en este plan. Ambigüedades que Arzallus entiende. Porque ese tipo es un bellotero que sigue mandando en su locura Jesuítica-independentista.

Por mi, cojonudo, pero que se vayan con todas las consecuencias, nada de ser independientes-dependientes para solventar su déficit. Que se lo curren en Europa y si consiguen entrar, estupendo y si no, que utilicen el dólar andorrano o el franco vasco.

Jose, chaval, sólo Solbes intenta parar tu ímpetu derrochador pero está tirando la toalla. Pobre mío, con todo lo que hizo y está haciendo por nosotros. Él y Rato son los artífices de los 14 años de crecimiento desbordante, nada de Aznar y Felipe. Tú de momento, aprovechando el tirón del ciclo y las subvenciones que se acaban de la CE, estás repartiendo capitales para que no se te quejen los que no te quieren y asegurarte los votos donde no te hacen falta. Está claro que si una autonomía quiere desarrollarse, debe contar con un partido independentista, con fuerza parlamentaria y a tocar los cojones a cambio de money. A ver quién me dice que Castilla, León, Aragón y Extremadura no pueden ser históricamente independientes. Seguro que cuentan con más méritos que los demás, pero nadie ha invertido allí. Ser el granero o el coto de caza durante siglos ha hecho que aquello no interese.

Jose, cariño, eres un gran encantador. Tu no eres de derechas, claro y yo tampoco. Solo me revuelve el estómago ver como has criado un grupo de fieles acólitos que te ríen las gracias por ser vos quién sois y atacan sin ningún pudor a los chicos del PP solo por el hecho de serlo, si más argumentos. Personas con gracia, talento y pensaba que criterio como Wioming, Eva H, y otros con programa propio están babeando tu alfombra roja en un discurso partidista y demoledor. Allá ellos.

José Luis, tío: aprende a jugar al poker. Te lanzaste a la carrera de tu vida negociando con los muchachos de la pistolita y la dinamita pero no te diste cuenta de que en las anteriores partidas, siempre han hecho trampas. Empiezas proponiendo una partida donde solo tú pones dinero. Ellos como buenos tramposos utilizan el viejo truco del pagaré sin fecha, donde primero ponen la firma pero no terminan de poner la cantidad, y vas soltando de tu resto. Tienes una escalera y te sacan un poker con un comodín que estaba prohibido, y tu tragas y dices que fue un accidente. Se hace de noche y la partida empieza a ser mas lenta, pero sigues poco a poco. Tienes encima de la mesa todo tu capital esperando saber la cantidad que se juegan y de repente GAME OVER. Tu dinero es ful. No les gusta y te vas rendido y le tienes que contar a tu patrocinador, que es España, que al menos lo has intentado. Gracias por el favor, pero la próxima vez, espera a que tengan efectivo para envidar.

Un último reproche. Lo que le estás haciendo a los Reyes es una canallada del copón. Utilizas la táctica de dejarles en el olvido y mandas mensajes que desgasten poco a poco su imagen pública. Los lerdos de los medios, poco a poco nos muestran imágenes del monarca cuando cierra los ojos en un sarao aburridísimo donde pinta poco y se publica haciéndonos creer que está acabado. Dale juego internacional que es mucho mejor embajador de España que tú y dile al soplagaitas de Peñafiel que la muerte de un ser querido no debe ser achacable en ningún caso a la corona y sus componentes. Solo ella eligió el camino equivocado. No soy partidario de la monarquía porque sí pero nacimos el mismo día del mismo año y cuando tenías veinte nos salvó de otra dictadura. Solo por eso deberías besar por donde pisa.

Lo de la derecha en este país es como para correr. No se han encontrado nunca en una situación mejor para hacer una oposición firme y demoledora. Se lían con sus cosas del liderazgo y hacen de las tonterías temas primordiales y tragan el anzuelo como una trucha ante una cucharilla resplandeciente. El problema del PP es la desunión de la derecha y unos mandamases no queridos por el pueblo, sin carisma o que lo han perdido. Rajoy es un tipo con buenos principios, con un discurso noble y apropiado para convencer a su electorado y creo firmemente que sería un buen gestor, pero le falta punch y es ignorado a nivel internacional. Cuenta en su cercanía con dos personajes bastante mal vistos que son Acebes y Zaplana con los que no ganará las elecciones ni harto de vino, aunque sea de la Ribera del Duero que tanto gusta a Jose Mari, el sorprendente hombre cambiante, que hablaba un penoso ingles, un penoso mejicano y ahora un penoso español, no por el acento sino por las mamarrachadas que suelta a diestro y siniestro. Para mí un claro ejemplo de estulticia postpresidencial. Debería visitar a un psiquiatra argentino.

El mayor problema del PP, aunque ganara, que no lo conseguirá, es que nadie querría pactar con él. Así de triste. Se equivocan cuando niegan el pan a Gallardón que es un tipo fino y buen luchador que ha demostrado que las cosas se hacen en tiempo y lugar, aunque no tengo todavía claro como va a abonar la cuenta, pero esa es otra historia. La vieja derecha, con los mismos tipos desgastados debería aprender de la transformación del PSOE que apostó por la renovación con una cara no muy conocida pero que le quitó esa imagen gastada y casposa de la vieja guardia. Todos a Europa, que es como decir, al funcionariado, pero sin tocar los cojones que aquí mando yo.

Por lo demás, este viejo país debería renunciar a los antiguos conflictos y pasar página, pero parece que no interesa. ¿Tiene algún sentido en el siglo XXI revolver en la mierda de la guerra civil? Si, claro, diferenciar claramente quién es de izquierdas y de derechas e imponer el muro de lo rancio y lo progresista como si en realidad hubiera diferencias fundamentales en un gobierno basado, como todos los occidentales, en el libre mercado y una economía más o menos liberal que no cambiará ni Zapatero ni el nieto de Blas Piñar. Mientras, chupamos basura televisiva con la misma naturalidad que un niño come una chuche, desde el tomate a los desinformativos, desde la sempiterna violencia al espectáculo deforme de los intereses pagados. Losantos tío, cuando empezarás a construir algo positivo, algo que no tenga que ver con tu pingue cuenta corriente y a favor de los intereses generales. Todo esto es pornografía y no la bobada de ver sexo explícito en la pantalla.

Se que no es mi estilo y pido disculpas. Mañana intentaré no olvidarme de tomar mis tranquimacines que son el buen rollo, la tranquilidad de espíritu y mi falsa sonrisa permanente, pero es que hoy estoy de mala hostia.

viernes, 14 de septiembre de 2007

DIAS DE ASUETO (II y final)

Mi segundo período vacacional lo pasé en una pequeña capital de provincia de esas que dividen a su población entre los que viven dentro y fuera del recinto amurallado. En ella nací, crecí y es donde vive mi familia directa y algunos buenos amigos, de esa clase con la que no tienes que hacer planes al llegar, solo incorporarte a su vida y ellos a la tuya como si nos viéramos todos los días.

Los que tenemos la suerte de vivir en el casco antiguo vemos como la población de la zona envejece y la juventud no quiere habitar la zona, quizás por un precio excesivo de la vivienda o influidos por el afán consistorial de peatonalizar las calles, reducir las plazas de aparcamiento y poner unas normas tan estrictas y desafortunadas que rehabilitar los edificios antiguos se convierte en una tarea casi inviable. Se sabe qué hora es por el repique de las campanas llamando a misa y las defunciones no se conocen leyendo las esquelas del periódico local sino por la ausencia repetida al vermú del mediodía, a la compra del pan, a la partida de cinquillo o al rosario de las siete. Solo queda una tienda de ultramarinos, alguna farmacia y eso si, multitud de bares y restaurantes, hoteles y hostales que se han establecido a decenas para aprovechar el turismo de paso que los llenan los fines de semana.

En todos los sitios donde me establezco, aunque sea por poco tiempo, me busco una taberna alejada de mi casa, donde no me conozca nadie para pasar un rato tranquilo y poder leer el periódico, echar a la máquina a fondo perdido, chamullar con algún parroquiano o simplemente bostezar sin que nadie me cuente las muelas que me faltan. He elegido uno que se llama Alaska, maldita coincidencia. Si en Madrid visito el Wiomin aquí lo hago en el estado de los hielos. Parece que lo yanqui me persigue; consultaré con mi astróloga. El otro día estaba enfrascado con un artículo de Alvite cuando llegó un tipo de buen ver y pidió un vodka ruso en vaso bajo con dos cubitos. Tonino, el camarero se dio media vuelta, se lo pensó, esperó cinco segundos y le espetó.

- ¿Lo qué?
- Me da igual que sea stolíchnaya que moskcóscaya.

Lo dijo recalcando perfectamente los acentos. Al camarero, definitivamente se le cambió el nombre. Pasó en un tris de Tonino a Atónito.

- Yo le enseño lo que tengo y si le gusta, le sirvo y si no, hay un bar más abajo donde el dueño seguro que le entiende, que ha vivido muchos años en Alemania. Y sacaba una a una las botellas de vodka y se las mostraba al fino que negaba con la cabeza. Por fin sacó una con etiqueta verde y le dijo:

- Esa está bien. Vaso bajo y dos hielos. Solo dos hielos y deja la botella aquí mismo que tomaré mas copas.

Le sirvió e iba a dejar la botella pero se arrepintió.

- Lo de dejar la botella, como que no, que sabiendo ya que es lo que bebe, me dice: Tonino, un trago, y le pongo un trago. Lo que no tengo claro es cuánto cobrarle porque esto lleva aquí quince años desde que abrimos y jamás hemos puesto una copa.

- Hacemos un trato. Como voy a estar dos días, te doy diez euros por la botella. Si no me la termino, te la quedas y en paz.

Me miró Tonino, le hice la seña de duples y le espetó.

- ¿Pero Vd. Cree que soy gilipollas? Con ese nombre esto tiene que costar por lo menos el doble. Veinte y no se hable más.
- Trato hecho. Y Vd. Métase las señitas por el culo.

Yo, que en el foro camino de manera terapéutica, por desencajar las piernas de la silla, paseo estas calles gustando y degustando sus detalles. Husmeo en los portales, acaricio gatos negros y saludo a todos los que llevan en la cara un semblante de paz. La mejor hora para hacerlo es antes de la diez, cuando abren las tiendas de recuerdos que se llenan de excursiones del inserso que por treinta euros disfrutan de una visita, comida incluida, donde les dan unas sopas de ajo y un trozo de jalufo recalentado. Los grandes monumentos de piedra caliza han sido limpiados y blanqueados. Tengo la impresión de que al arquitecto cirujano plástico se le ha ido la mano y le han aplicado a la catedral el mismo tratamiento que le hicieron a Michael Jackson cuando abjuró de su raza. Está bien un repaso, coño, pero es que le han rejuvenecido cinco siglos.

Pasan los días tranquilos pero hace un frío que me las pelo. Este Agosto locuelo me ha jugado una mala pasada porque vengo con una rebequita por todo abrigo y necesito el tres cuartos de la mili para vivir la noche sosegada, de aquí, mi sitio.

Las cañitas en la plaza y las cenas deliciosas de viandas y compañías se acaban pronto.

Cojo mi coche y voy al aeropuerto donde me espera un vuelo para terminar los días de asueto en las islas. Tengo un contrato prematrimonial que me obliga a pasar, al menos, una semana en la playa y cumplo mi compromiso manu militari. Un hotel top stars donde pasaré unos días amarrado a una pulsera de plástico que me permite consumir a destajo comidas y bebidas, pero ya soy parco en ambas cosas, no así mi pareja que disfruta sus cervezas y sus whiskys todo agua mientras se tumba, bien en la playa o la piscina durante horas sin miedo a las quemaduras, porque el clima es fantástico. Veinte grados de noche y ventiocho por el día con una brisa ligera, como si te abanicara una libélula. Alquilo un coche para visitar la isla en un ofertón impresionante. Tres días, setenta euros. La verdad es que no me esperaba un maserati, pero al corsa que me dieron le sonaban las articulaciones como a un puto artrítico y cuando cogía los ciento diez por la autovía la sensación era la de estar conduciendo una rally en las pedregosas pistas del desierto del Gobi. Sin embargo, mi moza que tanto me regaña cuando paso de ciento cincuenta con mi auto, miraba al cuentakilómetros y no me decía nada y yo pensaba: Ahora si estoy yendo al límite.

Para un tipo emprendedor como yo, que el hotel disponga de Casino es todo un reto para una de mis formas favoritas de invertir dinero: Poca pasta, mucha ganancia. Mi tío Casiano lleva ese nombre porque su padre, una noche en que perdió hasta la medalla de la virgen de los remedios, ya sin nada y sabiendo que su mujer estaba a punto de dar a luz, le propuso al dueño ponerle a su hijo el nombre de Casino a cambio de una ficha de mil pesetas que se jugó al quince y que perdió. Afortunadamente, al cura no le pareció adecuado Casino por no venir en el santoral pero encontró Casiano que satisfizo a las dos partes. Sabiendo que venía a este sitio me advirtió: Los casinos están para ganar tu dinero. Tú vas a los casinos para ganarles su dinero, pero yo no he visto nunca suicidarse a un casino.

Acudí todas las noches y gané unas y perdí otras. Un crupier gallego, en un mano a mano al black jack y cuando yo estaba en racha me decía: Usea, que tiene tres mesas abiertas con asientos libres, estoy solo tocándome los coyons tan tranquilo y me hace trabayar apostanto lo mínimo. Y encima me está jodiendo, de Madrid debe ser Vd.

Volveré.

PD. Hasta ahora no había querido saber el número de lectores que tengo, pero la vanidad es un pecado capital. Como buen pecador he instalado la herramienta y me he quedado sorprendido. El resultado no deja lugar a la duda, pero no me deprimo. Eso es que no me publicito bien. La editorial "El Probe Miguel" me ha ofrecido una colaboración para su hoja semestral "Las miserias del necesitado". Discutimeros el money del bisnes y a chupar del bote. Bye, bye

viernes, 7 de septiembre de 2007

DIAS DE ASUETO

He disfrutado de un mes de inmerecidas vacaciones repartidas en tres lugares diferentes en períodos de 10 días.

En mi primera turné fui, como todos los años y por motivos familiares a un pueblo de Castilla-León, ni grande ni pequeño, donde conozco de vista a muchos de sus habitantes, pero me lío con los nombres porque generalmente van asociados a un mote. De esta manera, a un tal Liborio Manzámpulas, no se le conoce por su nombre y apellido. Allí se le conoce por El Gurriato, y los Gurriatos pueden ser cien diferentes. Solo si es necesario se especifica el nombre: Liborio El Gurriato, y de esos solo hay tres. A saber de quién se trata, pero ellos se entienden.

Para un urbanita irredento como yo que busca ante todo el más absoluto anonimato, vivir en un pueblo, aunque sea unos días, me hace ser cauteloso y no abrir demasiado el pico porque aquí las noticias corren como liebre delante de galgo. La última vez me corté un dedo con el cuchillo jamonero y en 48 horas me habían amputado hasta el codo.

Nada más llegar me pusieron al día de lo más importante sucedido desde mi última visita y resumiendo, todo quedó en dos nacimientos, cuatro enfermedades, una boda y cinco fallecimientos que Dios tenga en su gloria. En cuanto a los ecos de sociedad, el siempre habitual enfrentamiento entre los Corroscos y los Gorrinillos por las lindes de aquella tierra yerma, que acabará en tragedia y la apertura de un restaurante chino que no se llama La Gran Muralla ni El Buda Feliz. Simplemente tiene un cartel que pone: Restaurante Chino, para que no haya duda que lo es. Le auguro seis meses abierto, y eso teniendo en cuenta que los Chinos son de soportar mucha penuria, pueden dormir siete en una cocina de diez metros cuadrados y comer un puñadito de arroz al día. Me temo que aquí la aleta de tiburón y la salsa de ostras no van a ser de su agrado. Otro gallo les cantaría si en vez de cerdo hubieran puesto en el menú tostón agridulce. Eso podría llegar a ser una bomba. Aquí no hay fiesta sin cochino que asan ya gordito porque si no, no sabe a ná. Ellos sabrán, pero a mi si supera los cuatro kilos en canal me parece estar comiendo uno de los cerditos del cuento, ya en edad escolar y con cierto olor a adolescencia que no me gusta.

En mi paseo habitual entré en algunos bares y comprobé que, a diferencia de otros años en que las conversaciones variaban entre la política local, el fútbol y las envidias habituales, este año tocaba por unanimidad el tema de los topillos y su exterminio. No había nadie que no se hubiera cepillado cientos de las formas más dispares: A tiro limpio, a pisotones, a palos, ahogados, envenenados o quemados. Se formulaban nuevos sistemas de exterminio a cual más cruel. No hay mal que por bien no venga. Hasta las seseras más secas reverdecían imaginando trampas y putadas y ni los sudokus y los autodefinidos pudieran haber hecho tanto por despertar la imaginación del pueblo. Como siempre hay que aportar algo positivo a estas situaciones, tengo que afirmar a su favor que los roedores no son culpables de su situación y en su contra que arrasaron la huerta de Raimundo de la que me nutro de maravillosos tomates y dulces lechugas. Solo por eso salí al campo con la intención de coger a uno vivo y propinarle un sonoro capón. Vi muchísimos pero no pude atrapar ninguno. Ya, cansado y camino al pueblo encontré uno chiquitito y muertito y en él descargué mi ira. Quité una hoja a mi libreta de notas y escribí con mi boli parker que llevo conmigo desde la primera comunión. ¡TE JODES! y la dejé junto a su peludo cuerpo. Y es que a veces tengo un pronto de ira que no controlo desde aquel día que para curarme una paperas me aplicaron un electroshock. Esto fulmina cualquier virus o bacteria de cuello para arriba, me dijo el doctor, pro no habían calculado bien los efectos secundarios.

En verano, con los políticos y los periodistas de vacaciones, los periódicos los venden por gramos. Por un euro que es lo que gasto a diario en prensa, me daban: El Mundo, La Razón y la separata de ABC Alfa y Omega que todavía no sé bien de que va. Parece que, sin los jerifaltes, el país está mucho más tranquilo y todo se normaliza, como si no hicieran falta. Soy de la opinión de que todo funcionaría mejor si solo hubiera un juez de guardia, un abogado de oficio sin oficio, un cabo de la guardia civil, a poder ser sin bigote para enchironar a los hideputas y los demás trabajando o disfrutando según se lo permita su economía.

El pueblo llano es el que más satisfacciones me da. Voy paseando por el pueblo, paso por una obra y veo a un albañil con pantalones cortos y una camiseta amarilla que pone DESGUACES EL ÑARRA. Se le acerca un señor mayor con un mapita en la mano y le pregunta:

- ¿Por favor, me podría indicar donde está la Casa Consistorial?

El paleto se queda pensando un rato y dice.

- La casa por la que pregunta está saliendo del pueblo, a unos dos kilómetros, pero yo le aconsejo que si quiere buenas putas, se vaya a la capital.

Al abuelo le entró tal ataque de risa que casi se mea allí mismo mientras el paleta que no entendía nada, tenía tal cara de mosqueo que tuve que apartarle mientras el hombre se tranquilizaba.

También echo mis partidas en el pueblo. Estábamos tres en el bar de Modestín el Escurrido cuando aparcó delante el mercedes de Nino el Chatarras. Un coche demasiado grande para un tipo que no llega al metro sesenta y muy elegante para alguien poco aficionado al agua potable que solo usa para tomarse la pastilla de la tensión y de vez en cuando para elimiar el exceso de roña. Al entrar nos reta a un mus y acepto gustoso pero la fortuna en este caso no me acompaña y me toca de pareja con él. Yo prefiero el juego sosegado y el chino a chino pero Nano es un fantasma y nos pelan en media hora. A la hora de pagar, cuatro euros cada uno, que abono al momento. Nano, gran fantasma, como no podría ser de otra manera saca un billete de quinientos y Modestín, con razón le recrimina diciendo que no tiene tanto cambio y que va avasallando como otras veces y que con el cuento del billete se va sin pagar.

- Esto es lo que hay. O cobras o me lo apuntas.
- Sabes Nano que no tengo cambio de quinientos.
- Pues ya vendré otro día.

Ya se iba todo ufano cuando Malaquías, que tiene aspecto de pobre de pedir, mal aliñado pero limpio y muy buena persona, de profesión jubilado del campo, le suelta.

- De eso nada, Nano. Yo te cambio.

Y sacó del bolsillo un rollo del tamaño de un canuto de papel higiénico con billetes de todos los colores, entre ellos muchos de quinientos y doscientos. Evitó darle billetes grandes y le dió el cambio en unidades de cinco, diez y veinte.

- Y ahora paga tus deudas y si necesitas más, me lo pides.

El Nano pagó su cuenta y salió con las orejas gachas murmurando cómo coño tendría el Malaquías tal cantidad de viruta.

Y es que en los pueblos nunca sabes donde salta el conejo ni donde el topillo hace la hura.

Llegaron los programas de las fiestas patronales y comprendí que era momento para desaparecer. El saludo del alcalde, las damas y la reina de andar por casa, y el concierto gratuito de El Koala son motivos suficientes para desearles lo mejor hasta la próxima vez, cuando quizás ya no exista el restaurante chino, o sí, que en los pueblos nunca se sabe.